Una clase de lengua extranjera es ante todo una red de patrones culturales que se entrecruzan. Las imágenes culturales circulan constantemente en ambas direcciones: Lengua 1¿Lengua 2. En este contexto, el profesor y los alumnos deben ser sensibles a esta traducción cultural sin caer en la trampa de la iconoclasia. Este libro toma prestado de las artes visuales y la literatura para arrojar luz sobre este aspecto cultural de una lección de lengua. Agrupados en torno al tema de la familia, formadores y alumnos encontrarán un interesante modelo de sensibilización a la competencia intercultural. La lectura del imaginario presente en los textos y pinturas que este libro propone como documento "déclencheur" ofrece una pista para negociar una competencia intercultural que prepare a los alumnos para convertirse en ciudadanos del mundo. Una vez definida, esta ciudadanía global va más allá de las aulas y se extiende a las estructuras de acogida de los distintos desplazados en el gran flujo migratorio actual. La lectura de este libro puede ser muy útil para profesores y alumnos de lenguas extranjeras, así como para gestores públicos y privados de las zonas geomigratorias del mundo.