Todos asumen que Enrique no puede escuchar como se supone que debe hacerlo, por lo que no nos sorprende que no responda durante la prueba de audición en la escuela. Sin embargo, la prueba revela que no es que Enrique no esté escuchando, es que tiene problemas para oír. Enrique se ha perdido mucho, pero hay esperanza. Una vez que a Enrique le colocan audífonos, descubre la alegría de todo lo que se había estado perdiendo.