Los antiguos metalúrgicos solían concentrar en sus manos la fundición de hierro del mineral de pantano, la llamada "cocción" del hierro y la fabricación de diversos productos de hierro, así como la forja de cobre, estaño, plata y oro, especialmente en la joyería. Se usaban cuernos, donde los trozos de mineral de pantano de abajo y de arriba se cubrían con carbón, que se quemaba y calentaba a la temperatura deseada. El hierro fundido fluyó al fondo de la montaña y formó una masa viscosa (chillido). El herrero lo tomaba con pinzas y luego lo forjaba con un martillo en un yunque, le daba la forma deseada, derribaba la escoria y reducía la porosidad del metal. La asimilación del hierro condujo a un importante salto en el desarrollo. Además, los depósitos de estaño y cobre, y su aleación de bronce, en la zona de los antiguos indoeuropeos estaban casi ausentes, fueron importados de otros territorios. Los minerales de hierro estaban más extendidos que el cobre y el estaño, los minerales de hierro se formaban en grandes cantidades bajo la influencia de microorganismos en pantanos y estanques en pie. Y el área de distribución de los antiguos indoeuropeos se caracterizaba exactamente por la abundancia de lagos y tierras pantanosas.